POPOL VUH
Las antiguas historias del Quiché
o Libro Sagrado de los Maya-Quichés

Fragmentos
Segunda Parte
Capitulo V

El nacimiento de los gemelos
Hunahpú e Ixbalanqué





Itzamná con la cabeza de Hun-Hunahpú y los gemelos.


Contaremos ahora el nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Aquí, pues, diremos cómo fue su nacimiento.

Cuando llegó el día de su nacimiento, dio a luz la joven que se llamaba Ixquic; pero la abuela1 no los vio cuando nacieron. En un instante fueron dados a luz los dos muchachos llamados Hunahpú e Ixbalanqué. Allá en el monte fueron dados a luz.





Hunahpú e Ixbalanqué.


Luego llegaron a la casa, pero no podían dormirse.

–¡Anda a botarlos afuera!, dijo la vieja, porque verdaderamente es mucho lo que gritan. Y en seguida fueron a ponerlos sobre un hormiguero.2 Allí durmieron tranquilamente. Luego los quitaron de ese lugar y los pusieron sobre las espinas. Ahora bien, lo que querían Hunbatz y Hunchouén era que murieran allí mismo en el hormiguero, o que murieran sobre las espinas. Deseábanlo así a causa del odio y de la envidia que por ellos sentían Hunbatz y Hunchouén.

Al principio se negaban a recibir en la casa a sus hermanos menores; no los conocían y así se criaron en el campo.

Hunbatz y Hunchouén eran grandes músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y necesidades y pasaron por muchas penas, pero llegaron a ser muy sabios. Eran a un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores; todo lo sabían hacer.3





Hunbatz y Hunchouén.


Tenían noticia de su nacimiento y sabían también que eran los sucesores de sus padres, los que fueron a Xibalbá y murieron allá. Grandes sabios eran, pues, Hunbatz y Hunchouén y en su interior sabían todo lo relativo al nacimiento de sus hermanos menores. Sin embargo, no demostraban su sabiduría por la envidia que tenían, pues sus corazones estaban llenos de mala voluntad para ellos, sin que Hunahpú e Ixbalanqué los hubieran ofendido en nada.4

Estos últimos se ocupaban solamente de tirar con cerbatana todos los días; no eran amados de la abuela ni de Hunbatz, ni de Hunchouén. No les daban de comer; solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos. Pero no se enojaban, ni se encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban cuenta de todo con claridad.





Hunahpú con su cerbatana.


Traían sus pájaros cuando venían cada día, y Hunbatz y Hunchouén se los comían, sin darle nada a ninguno de los dos, Hunahpú e Ixbalanqué.

La sola ocupación de Hunbatz y Hunchouén era tocar la flauta y cantar. Y una vez que Hunahpú e Ixbalanqué llegaron sin traer ninguna clase de pájaros, entraron [a la casa] y se enfureció la abuela.





La abuela.


–¿Por qué no traéis pájaros?, les dijo a Hunahpú e Ixbalanqué.

Y ellos contestaron: – Lo que sucede, abuela nuestra, es que nuestros pájaros se han quedado trabados en el árbol y nosotros no podemos subir a cogerlos, querida abuela. Si nuestros hermanos mayores así lo quieren, que vengan con nosotros y que vayan a bajar los pájaros, dijeron. 5

–Está bien, dijeron los hermanos mayores contestando, iremos con vosotros al amanecer.”6





Los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué con sus cerbatanas.


“Consultaron entonces los dos entre sí sobre la manera de vencer a Hunbatz y Hunchouén.

– Solamente cambiaremos su naturaleza, su apariencia: cúmplase así nuestra palabra,7 por los muchos sufrimientos que nos han causado. Ellos deseaban que muriésemos, que nos perdiéramos nosotros, sus hermanos menores. En su interior [en su corazón] nos tenían como muchachos. Por todo esto los venceremos y daremos un ejemplo. Así iban diciendo entre ellos mientras se dirigían al pie del árbol llamado Canté.8 Iban acompañados de sus hermanos mayores y tirando con la cerbatana. No era posible contar los pájaros que cantaban sobre el árbol y sus hermanos mayores se admiraban de ver tantos pájaros. Había pájaros, pero ni uno solo caía al pie del árbol.





El Árbol sagrado, amarillo,
también conocido como Madre de Cacao,
llamado Canté.


– Nuestros pájaros no caen al suelo. Id a bajarlos, les dijeron a su hermanos mayores.

– Muy bien, contestaron éstos. Y en seguida subieron al árbol, pero el árbol aumentó de tamaño y su tronco se hinchó. Luego quisieron bajar Hunbatz y Hunchouén, pero ya no pudieron descender de la cima del árbol.9

Entonces exclamaron desde lo alto del árbol:

– ¡Qué nos ha sucedido, hermanos nuestros? ¡Desgraciados de nosotros! Este árbol nos causa espanto de sólo verlo, ¡oh, hermanos nuestros!, dijeron desde la cima del árbol. Y Hunahpú e Ixbalanqué les contestaron:

– Desatad vuestros calzones,10 atadlos debajo el vientre, dejando largas las puntas y tirando de ellas por detrás y de ese modo podréis andar fácilmente. Así les dijeron sus hermanos menores.

Está bien, contestaron, tirando de la punta de sus ceñidores, pero al instante se convirtieron éstos en colas y ellos tomaron la apariencia de monos. En seguida se fueron sobre las ramas de los árboles, por entre los montes grandes y pequeños y se internaron en el bosque, haciendo muecas y columpiándose en las ramas de los árboles.





Hunbatz y Hunchouén, tirando de la punta de sus ceñidores,
pero al instante se convirtieron éstos en colas y ellos tomaron la apariencia de monos.


Así fueron vencidos Hunbatz y Hunchouén por Hunahpú e Ixbalanqué; y sólo por arte de magia pudieron hacerlo.





La versión clásica de Hunbatz y Hunchouén.
Procedencia desconocida; clásico tardío, 600-900 d.C.; arcilla cocida y pintada. (Kerr 2220)”


Volviéronse éstos a su casa y al llegar hablaron con su abuela y con su madre, diciéndoles:

– ¿Qué será, abuela nuestra, lo que les ha sucedido a nuestros hermanos mayores, que de repente se volvieron sus caras como caras de animales? Así dijeron.





Arte popular.


– Si vosotros les habéis hecho algún daño a vuestros hermanos mayores, me habéis hecho desgraciada y me he llenado de tristeza. No hagáis semejante cosa a vuestros hermanos, ¡oh hijos míos!, dijo la vieja a Hunahpú e Ixbalanqué.

Y ellos le dijeron a la abuela:

– No os aflijáis, abuela nuestra. Volveréis a ver la cara de nuestros hermanos; ellos volverán pero será una prueba difícil para vos, abuela. Y tened cuidado de no reíros. Y ahora, ¡a probar suerte!, dijeron.

En seguida se pusieron a tocar la flauta, tocando la canción de Hunahpú-Qoy.11 Luego cantaron, tocaron la flauta y el tambor,12 tomando13 sus flautas y su tambor. Después sentaron junto a ellos a la abuela y siguieron tocando y llamando con la música y el canto, entonando la canción que se llama Hunahpú-Qoy. Por fin llegaron Hunbatz y Hunchouén y al llegar se pusieron a bailar; pero cuando la vieja vio sus feos visajes se echó a reír al verlos la vieja, sin poder contener la risa, y ellos se fueron al instante y no se les volvió a ver la cara.





Desarrollo de vaso maya.
Gardiner Museum, Toronto.
(The Maya vase Book, vol. 5, Justin Kerr, nº. K6063)


– ¡Ya lo veis, abuela! Se han ido para el bosque. ¿Qué habéis hecho, abuela nuestra? Sólo cuatro veces podemos hacer la prueba y no faltan más que tres. Vamos a llamarlos con la flauta y el canto, pero procurad contener la risa. ¡Que comience la prueba!, dijeron Hunahpú e Ixbalanqué.

En seguida se pusieron de nuevo a tocar. Hunbatz y Hunchouén volvieron bailando y llegaron hasta el centro del patio de la casa, haciendo monerías y provocando la risa a su abuela hasta que ésta soltó la carcajada. Realmente eran muy divertidos cuando llegaron con sus caras de mono, sus anchas posaderas, sus colas delgadas y el agujero de su vientre todo lo obligaba a la vieja a reírse.





Desarrollo de vaso maya.


Luego se fueron otra vez a los montes. Y Hunahpú e Ixbalanqué dijeron:

– ¿Y ahora qué hacemos abuela? Sólo esta tercera vez probaremos.

Tocaron de nuevo la flauta y volvieron los monos bailando. La abuela contuvo la risa. Luego subieron sobre la cocina; sus ojos despedían una luz roja, alargaban y se restregaban los hocicos y se espantaban de las muecas que se hacían uno a otro. En cuanto la abuela vio todo esto se echó a reír violentamente; pero ya no se les volvieron a ver las caras, a causa de la risa de la vieja.





Desarrollo de vaso maya.
(The Maya vase Book, vol. 1.; Justin Kerr, nº. 1789)


– Ya sólo esta vez llamaremos, abuela, para que salgan acá por cuarta vez, dijeron los muchachos. Volvieron, pues, a tocar la flauta, pero ellos no regresaron la cuarta vez, sino que se fueron a toda prisa para el bosque.

Los muchachos le dijeron a la abuela:

– Hemos hecho todo lo posible, abuelita; primero vinieron, luego probamos a llamarlos de nuevo. Pero nos os aflijáis; aquí estamos nosotros, vuestros nietos; a nosotros debéis vernos, ¡oh madre nuestra! ¡oh nuestra abuela!, como el recuerdo de nuestros hermanos mayores, de aquellos que se llamaron y tenían por nombre Hunbatz y Hunchouén, dijeron Hunahpú e Ixbalanqué.

Aquéllos eran invocados por los músicos y los cantores, por las gentes antiguas. Invocábanlos también los pintores y talladores en tiempos pasados.14 Pero fueron convertidos en animales y se volvieron monos porque ensoberbecieron y maltrataron a sus hermanos.

De esta manera sufrieron sus corazones; así fue su pérdida y fueron destruidos Hunbatz y Hunchouén y se volvieron animales. Habían vivido siempre en su casa; fueron músicos y cantores e hicieron también grandes cosas cuando vivían con la abuela y con su madre.

 
   
 
NOTAS
1 La abuela es Ixmucané, “los abuelos, los antepasados, los ancestros.”
2 Para los mayas éste es un rito de iniciación de los aprendices de magos, o sea el Conocimiento del Ser, de Sí mismo, el mago y el teúrgo.
También recordar aquí el mito mexicano donde se narra el descenso de Quetzalcóatl a los infiernos en busca de los huesos de sus antepasados que finalmente los encuentra con la ayuda de las hormigas. “Ni las hormigas ni las espinas causaron daño a los gemelos investidos del poder divino, siendo las hormigas los fieles servidores de Hunahpú.” (Rafael Girard, Esoterismo del Popol-Vuh. Editorial Stylo, México, 1948)
3 Eran los hijos mayores de Hun Hunahpú que éste dejó a cargo de la abuela cuando bajó al inframundo con su hermano soltero Vucub-Hunahpú, convocados por los de Xibalbá al juego de pelota donde fueron engañados y muertos por éstos. (Ver cap. I, Segunda Parte)
4 Por sus imperfecciones: envidia, ambición y la soberbia, dado el poder que les otorgaba el hecho de ser los hermanos mayores.
5 Pero todo en la creación tiene su límite. “Hasta aquí no más”, conforme a la regla de que “todo tiene su día y su hora señalados”, se acercaba el día en que ‘Hunahpú’ debía manifestar su poder.
6 Por el solo hecho de dejarse llevar por los gemelos al lugar escogido por éstos para vencerlos, los hermanos mayores, Hunbatz y Hunchouén, ya estaban vencidos de antemano.
7

El pensamiento tiene la misma potencia mágica que la palabra; lo que se piensa o se dice “es cosa hecha”; aquí, la palabra es un mandato.

8 Árbol amarillo también conocido como Madre de Cacao, llamado así por la sombra que produce a las plantaciones de éste árbol sagrado.
9 “Pero el interés del relato se concentra en la transformación de los hermanos mayores en monos y su posición en la cima del árbol amarillo, que es el árbol cósmico portador del tercer Regente. Tanto en el Popol Vuh como en el Chilam Balam de Chumayel, la sucesión de los regentes y sus respectivos colores operan el mismo orden, el palo amarillo sucede al palo negro y al blanco
Dice el códice quiché:
“Primer regente identificado al color blanco de sus cabellos; el segundo regente, los Camé, identificado con el color negro, [o los de Xibalba]; y el tercer regente se reconoce por el amarillo con el árbol Canté, o madre de cacao.” (R. Girard) Y más adelante: …“Hunahpú somete a su servidumbre el tercer Regente en unión a su portador que, en adelante servirá de sombra a los plantíos de cacao. (…) el dios Cacao no es más que uno de los aspectos de la deidad agraria, alter ego de Hunahpú e Ixbalanqué.”.
10 Una especie de taparrabos.
11 El mono de Hunahpú.
12 El canto y el sonido de estos instrumentos es la voz de la deidad.
Nos dice Federico González Frías en su Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos que “los distintos sonidos de flautas, silbatos y el sonido ritual del caracol expresan al viento, mientras que tambores y atabales testimonian el ruido de la tormenta y el trueno. El sonido ritual, en cuanto es secuencial y también contrapuntístico y reiterativo significa igualmente el tiempo, el ciclo y el devenir.”
13 Que expresa la dependencia de Hunbatz y Hunchouén de los gemelos que en adelante son sus dueños.
“Los gemelos se engrandecieron en medio de muchos trabajos, sufrimientos, y tristezas, llegando a adquirir como sus hermanos mayores gran sabiduría; por esa causa fueron también cantores, escritores, escultores y todo lo sabían hacer bien.” (R. Girard).
Además ellos comprendían el origen de su linaje y su naturaleza que les otorgaba, si su conducta era ‘ejemplar’, el derecho hereditario del orden sacerdotal. En otras palabras, si bien su descendencia es divina, debían hacerse acreedores de ella.
14 “Hunbatz y Hunchouén se convierten en patrones del baile, de la música, de la risa, la alegría, el placer, y la lascivia desde que bailaron al son que les tocaban los gemelos y provocaron la risa de la abuela y mostraron el extraño miembro viril que tanta hilaridad causara a la anciana.” (R. Girard)
   
 


Tambor que solían llevar los bailarines
para acompañar sus cantos y danzas sagradas
durante sus ritos.


 
 
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